La Chicharra hoy, es una pequeña empresa donde trabajan alrededor de veinte personas, en su mayoría jóvenes originarios de municipios conurbados de la ciudad de Oaxaca, quienes han aprendido el oficio cerámico junto con habilidades transversales como disciplina, puntualidad, cuidado en el detalle y trabajo en equipo. La posibilidad de trabajar con personas que no son expertos en el oficio pero están dispuestas a aprenderlo, ha generado muchas posibilidades de experimentar, integrarse y crecer juntos, lo que finalmente tiende lazos fuertes al interior del equipo de trabajo.
Al ser un equipo de personas jóvenes, las motivaciones del día a día son el aprendizaje, la mejora y crecimiento continuo, así como enfrentarse al cumplimiento de los retos y objetivos que implica cada proyecto y nuevo desarrollo de productos.